Soy un no fumador que se fumó más de 200.000 cigarrillos en los 17 años que estuve fumando.
La verdad es que llegó un momento en el que no podía hacer nada sin un cigarrillo encendido y lo peor es que ya no disfrutaba de ninguno de los 70 que me fumaba cada día, me consumía. Llegué a aceptar que nunca dejaría de fumar.
Hasta que un día acudí a una charla de Allen’s Carr Easyway y me liberé del tabaco para siempre. Me cambió la vida, tanto que me dediqué a ayudar a otros fumadores a salir de la trampa y ser libres.
Desde entonces he desarrollado mi propia metodología y he colaborado con Easyway y Libera-t en charlas grupales e individuales con resultados muy buenos. Todo ello me ha permitido ser de los pocos que hemos conseguido un placer auténtico de fumar: ayudar a otros a dejarlo definitivamente.